Una consecuencia directa de esta verdad universal es que el reparto de tu energía cambia, pasas de recuperar durante la semana para derrocharla entre viernes y domingo (o desde el jueves, dependiendo de lo golfo que seas) a intentar recuperarte los fines de semana para sobrevivir de lunes a viernes.
Gráficamente se percibe mejor:
Te cuento todo esto porque esta realidad la he vuelto a comprobar al intentar subir un día más mis salidas semanales, de tres a cuatro. Hasta ahora venia saliendo los martes, sábados y domingos. No es la distribución más recomendada porque siempre aconsejan dejar un día de descanso cuando se está empezando, pero como mi mujer está embarazada de nuestro segundo hijo y ha estado varios meses en reposo, hemos pasado los fines de semana a ritmo 0 y eso me ha permitido tener algo de energía para salir los dos días.
El caso es que entre unas cosas y otras me animé a salir también el jueves, y todavía no tengo claro si ha sido una mala idea o una muy mala. Ha sido el entreno que más me ha costado desde que empecé, no tanto por el esfuerzo como por la imposibilidad de mover las piernas, las notaba cargadísimas desde el principio y a pesar de que el entrenamiento que tenia planificado era únicamente de trote continuo me costó un mundo completar el tiempo que tenia establecido. Ni os cuento como estaba el viernes al levantarme para ir a trabajar.
Así que ahora estoy en pleno periodo de reflexión para intentar decidir si volver a insistir con dos salidas entre semana y dos los finde, seguir con tres pero aumentar la intensidad o bien quedarme como estoy hasta reponerme de este golpe moral.
Y es que como últimamente me sentía con sobrecarga de energía había olvidado que ya hace mucho que dejé de acostarme a las 8 de la mañana.
…entrenamiento completado.