atrotecochinero

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miércoles, 26 de enero de 2011

Superpapa


Llevo ya un tiempo sin pasarme por aquí. Supongo que ha sido el efecto de las navidades, cada vez que cojo vacaciones me cuesta un par de meses conseguir que mi cerebro vuelva a  funcionar.

Pero eso no quiere decir que haya dejado de salir a arrastrarme por el parque algunos días, que con el frío que hemos llegado a tener no deja de tener su mérito. Incluso he llegado a poner mi mejor marca personal en una distancia de 12 kilómetros, y nada menos que el día 26 de Diciembre después de haber cumplido como el que más en las celebraciones pantagruélicas alrededor del día de Navidad.

Lo que finalmente me ha animado a volver a escribir es contaros mi mejor experiencia en los pocos meses que llevo con esto del running. Sucedió hace un par de semanas, un domingo de este mes de Enero en el que disfrutamos de un clima especialmente benigno aquí en Madrid. Me tocaba una salida de 10 kilómetros y decidí alternar entre los dos parques accesibles desde mi casa, por aquello de repartir el ridículo y no hacerlo en un único sitio. Al poco de llegar al segundo, llevando ya unos 7 kilómetros en la mochila, recibo por sorpresa la agradable visita de mi club de fans al completo. Estaban todos, desde el primero al segundo: mi mujer y mi hijo.

Como en las anteriores ocasiones que Víctor ha ido a verme correr, en cuanto me acerco a él se arranca a trotar conmigo con la total convicción de convertirse en un runner de pro. Normalmente esta convicción le dura unos 30 segundos, el tiempo que necesita para dedicar su atención a cosas más interesantes como observar el crecimiento de las margaritas o ver como reacciona la superficie lisa de un charco ante el impacto de un cuerpo sólido.

Pero este día fue diferente y llegó a completar toda una vuelta al parque, que en total viene siendo prácticamente un kilómetro. Os puedo asegurar que ha sido el kilómetro que he corrido con más gusto en mi vida, el placer de verle trotando a mi lado mientras le decía a todo el mundo ‘soy un corredor como papa’  dudo mucho que llegue a experimentarlo aunque ganase una de las carreras en las que algún día participaré.

Es que ahora estamos en la época en la que soy el superpapa que todo lo sabe y todo lo arregla. Es como ser uno de los Reyes Magos pero mejor, porque tú puedes estar delante cuando tu hijo presume de ti. Eres capaz de hacer cosas increíbles como arreglar un juguete que se ha roto o saber que el murciélago es un animal que tiene todas las vocales. Y se creen a pies juntillas todo lo que les digas, como que el resto de corredores te adelantan porque sus zapatillas corren más o que por supuesto que podrías levantar un coche si quisieras pero no lo haces porque a su dueño no le iba a gustar. Es genial.

Supongo que por estas cosas les perdonas todas las noches sin dormir.

…entrenamiento completado